Falsificaciones en Tiempo de Pandemia

Fernando González- Ruiz M.

Por Fernando González-Ruiz M. – Asociado

Como era de esperarse, los falsificadores no descansan, ni siquiera en medio de la pandemia que nos afecta a todos a nivel mundial.

 

Según comunicados del Ministerio de Salud, el contagio del Covid-19 se puede dar por el contacto con una persona afectada que tosa o estornude, o también al tocar objetos o superficies contaminadas y luego tocarse la nariz, la boca o los ojos. Por esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dictado algunas medidas de protección básicas para evitar el contagio, las que han sido adoptadas por el gobierno panameño, tales como mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos con frecuencia y usar mascarillas en lugares públicos, entre otras.

 

Como consecuencia de la adopción de estas medidas preventivas, muchas personas corrieron a los supermercados y farmacias a comprar gel alcoholado, productos desinfectantes para la limpieza, mascarillas, termómetros y guantes, lo que hizo que el volumen de ventas de este tipo de productos se disparara. En muchos países, incluyendo el nuestro, el uso de mascarillas es obligatorio cuando se sale de la casa y en otros, los mismos negocios son los que hacen este requisito obligatorio para poder ingresar a sus establecimientos. A causa de esto, se ha producido una escasez de estos productos en las farmacias y/o tiendas en general. Se ha empezado a escuchar mucho la frase “si quieres mascarillas, termómetros, guantes o gel alcoholado, tengo un amigo que las vende”.

 

Debido al problema que se ha visto en otros países, donde páginas web ilegales, redes sociales y otras formas de ventas online ofrecen medicamentos que, incluso, prometen curar el Covid-19,  lo que la OMS y nuestras autoridades sanitarias han advertido que no existen todavía,  la Dirección Nacional de Farmacia y Drogas emitió un comunicado advirtiendo a la población que no compre medicamentos en lugares no autorizados, ya que estos medicamentos pueden estar contaminados -durante su producción-, ser falsos o estar etiquetados incorrectamente.

 

En días pasados, la INTERPOL coordinó la Operación Pangea XIII, en donde participaron las autoridades policiales, aduaneras y reguladoras de salud de 90 países. En este operativo se confiscaron mascarillas falsas, desinfectantes de manos de mala calidad y medicamentos antivirales no autorizados. La operación resultó en 121 arrestos en todo el mundo y la incautación de productos farmacéuticos potencialmente peligrosos por valor de más de US$ 14 millones.

 

Panamá no se queda atrás en esta nueva modalidad. Durante esta crisis de salud, hemos podido observar una gran cantidad de cuentas de Instagram en las que se promueve y vende mascarillas de todo tipo, gel alcoholado, termómetros y guantes, incluso como paquetes temerariamente denominados “KIT CONTRA EL COVID-19”.

 

Luego de analizar varias de estas cuentas pudimos observar que muchas de ellas utilizan indebidamente el término FARMA en su nombre, algunas describen su negocio como “farmacias a domicilio” y otras utilizan logos similares al de una farmacia legalmente establecida, lo cual indudablemente es engañoso para el consumidor, ya que dan a entender que son una farmacia autorizada, las cuales para poder operar legalmente en Panamá requieren, luego de cumplir con una serie de requisitos, de una Licencia de Operación especial otorgada por la Dirección Nacional de Farmacia y Drogas.

 

Es importante resaltar que muchas de estas mascarillas, geles y guantes que se venden a través de estas cuentas, en su mayoría no llevan ningún tipo de marca o etiqueta que nos asegure que son productos genuinos o que cumplen con las regulaciones sanitarias impuestas por la legislación panameña. En su gran mayoría, los geles alcoholados ofrecidos no indican en sus etiquetas el nombre del fabricante o el número del Registro Sanitario que expide la Dirección Nacional de Farmacia y Drogas.

 

Las mascarillas, guantes, termómetros y geles alcoholados falsos pueden representar una amenaza para el bienestar de los trabajadores médicos y de cualquier persona que las utilice, ya que no están fabricadas con los materiales o ingredientes correctos ni en entornos estériles. En el caso específico de las mascarillas, según los expertos de la industria, estas carecen de las especificaciones que impiden la entrada y salida de agentes patógenos que se dispersan a través de las vías respiratorias.

 

Estas mascarillas muchas veces son fabricadas en países como Turquía, India y China. Solo en Turquía, según reportes, la policía allanó una fábrica donde confiscó un millón de mascarillas en una fábrica no autorizada. Otro ejemplo es el del gobierno español, que compró miles de kits para realizar las pruebas de contagio manufacturadas en China, las que resultaron defectuosas y, por tanto, ineficaces. Fueron compradas a una compañía a la que el gobierno chino no había concedido la autorización requerida.

 

La venta de estos productos en Panamá, no solo puede ser considerado como un delito contra la Propiedad Intelectual, sino también como un delito contra la salud pública, ambos tipificados por nuestro Código Penal que acarrean penas de entre tres a seis años de prisión. Esto se debe a  que al ofrecer, sin estar legalmente autorizados, estos productos que no cuentan con los registros correspondientes para ser vendidos en nuestro país, los consumidores al pensar estar protegidos, podrían contraer esta enfermedad que en algunos  casos podría  ser letal.

 

Es muy importante estar conscientes y muy alerta al momento de comprar este tipo de productos, para evitar ser engañados y estar seguros de que estamos comprando productos sanitarios de alta calidad que realmente protegerán nuestra salud y la de nuestras familias.

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